martes, 19 de mayo de 2015

CUENCA HIDROGRÁFICA


CUENCA HIDROGRÁFICA

                                                                       EN  CONSTRUCCION



Biól. (Mgter) María Cristina Morláns

Mgter. en Conservación y Gestión del Medio Natural

Ing. Agr. Ramona Pico zossi






Para alumnos de:
Carrera de Ingeniería de Paisajes, Asignatura Ecología del Paisaje
Carrera de Ingeniería Agronómica, Asignatura Ecología Agraria


CONTENIDO:

Introducción
Definiciones
Partes de una cuenca
Funciones de una cuenca.
Factores que gobiernan la actividad de una cuenca.
El ciclo hidrológico.
Caminos del agua de lluvia
Rol de la vegetación en el ciclo hidrológico y la erosión
Manejo de cuencas
Lectura complementaria:
Algunas consideraciones acerca del agua subterránea.

Bibliografía consultada.



CUENCAS HIDROGRÁFICAS.

Introducción:

            Una cuenca hidrográfica es una superficie de terreno definida por el patrón de escurrimiento del agua. Se trata de una especie de embudo natural, cuyos bordes lo constituyen los vértices de las montañas, o divisoria de aguas, y la salida del río o arroyo constituye la boca. La cuenca constituye la principal unidad territorial donde el agua proveniente del ciclo hidrológico, es captada y almacenada, quedando disponible como oferta de agua superficial o subterránea.




            El agua es, y ha sido, un determinante importante en los procesos de desarrollo económico y social en prácticamente todo el mundo. Desde los albores de la agricultura (que “nace” unos 10.000 años atrás en una región del Próximo Oriente y Egipto, abarcando un área que va desde Palestina, a través de Líbano, Siria, Anatolia y Norte de Mesopotamia hasta los Montes Zagros), el hombre ha reconocido a las cuencas hidrográficas como unidades de manejo del agua. Sin embargo, no fue sino hasta que se empezó a entender la naturaleza del agua en el contexto del ecosistema, que se detectó la necesidad de ver su manejo de manera integrada con el resto de los recursos naturales.

            La concepción de nacientes de cuencas hidrográficas como áreas de “cosecha de agua” es un tema  particularmente relevante para Catamarca, en función de la superficie cubierta por áreas montañosas (poco más del 50 % del total provincial) y por que la mayor parte del territorio catamarqueño presenta condiciones de semiaridez y aridez.

Definiciones:

Cuenca Hidrográfica: Unidad natural definida por la divisoria geográfica principal de las aguas de las precipitaciones en un territorio dado, o “divisoria de aguas” (ver figura anterior). Teóricamente, ésta es una línea imaginaria que une los puntos de máximo valor de altura relativa entre dos laderas adyacentes pero de exposición opuesta; desde la parte más alta de la cuenca hasta su punto de emisión, en la zona hipsométricamente más baja. 



Una cuenca hidrográfica es una superficie de terreno definida por el patrón de escurrimiento del agua. Corresponde a toda el área drenada por uno o varios ríos confluyentes entre sí
            Al interior de las cuencas se pueden delimitar subcuencas o cuencas de orden inferior  (entendiendo por subcuenca  cada porción de una cuenca hídrica determinada, que pueda identificarse como un vertedero independiente, pero que confluya con otros de escala similar hacia el cauce principal de la cuenca. Las divisorias que delimitan las subcuencas se conocen como parte-aguas  o divisorias de agua secundarias.








Cuenca Hidrológica: La definición de cuenca hidrológica es más integral que la de cuenca hidrográfica. Las cuencas hidrológicas son unidades morfológicas integrales y además de incluir todo el concepto de cuenca hidrográfica, abarcan en su contenido toda la estructura hidrogeológica subterránea del acuífero como un todo.



PARTES DE UNA CUENCA

                Tanto las cuencas hidrográficas como las hidrológicas se pueden subdividir en tres zonas de funcionamiento hídrico principales:
  • Zona de Cabecera (o productora de agua): garantizan la captación inicial de las aguas y el suministro de las mismas a las zonas inferiores durante todo el año. Corresponde a las cimas de las montañas.
  • Area de vertimiento o transporte, conformada por las partes medias de las montañas, colinas o cerros. En esta zona se pueden apreciar las quebradas y arroyos.
  • Area de confluencia o zona receptora de agua, conformada por las partes bajas de las montañas. En este sector se unen las quebradas y arroyos en torno a un río principal.
    



 Al ser definidas las cuencas con base en un patrón de movimiento del agua, éstas constituyen unidades funcionales, pues la superficie de terreno que conforma la cuenca está ligada por la dinámica hidrológica que se da en ella. El impacto de una acción de manejo tenderá a contenerse dentro de la cuenca, y lo que se lleve a cabo en la parte alta, tendrá repercusiones en la parte baja.



   
FUNCIONES DE LA CUENCA.

                Una cuenca hidrográfica puede ser concebida como un sistema complejo que está formado por un conjunto de elementos o componentes (hidrológicos, ecológicos, ambientales) que se interrelacionan, y también es un territorio con identidad cultural y socioeconómica dada por la misma historia del uso de los recursos naturales.

            En el ámbito de una cuenca se produce una estrecha interdependencia entre los sistemas bio-físicos y el sistema socio-económico, formado por los habitantes de las cuencas, lo cual genera la necesidad de establecer mecanismos que aseguren la gobernabilidad de la misma a fin de mantener sus funciones. Estas son:

Función Hidrológica
·         Captación de agua de las diferentes fuentes de precipitación para formar el escurrimiento de manantiales, ríos y arroyos.
·         Almacenamiento del agua en sus diferentes formas y tiempos de duración.
·         Descarga del agua como escurrimiento.

  • Provee diversidad de sitios y rutas a lo largo de la cual se llevan a cabo interacciones entre las características de calidad física y química del agua. 
  • Provee de hábitat para la flora y fauna que constituyen los elementos biológicos del ecosistema y tienen interacciones entre las características físicas y biológicas del agua
  • Regula la recarga hídrica y los ciclos biogeoquímicos.
  • Conserva la biodiversidad. Mantiene la integridad y la diversidad de los suelos
  • Suministra recursos naturales para el desarrollo de actividades productivas que dan sustento a la población.
  • Provee de un espacio para el desarrollo social y cultural de la sociedad.
FACTORES QUE GOBIERNAN LA ACTIVIDAD DE UNA CUENCA

            La fuente principal de agua para un ecosistema terrestre es la precipitación pluvial. La cuenca hidrográfica es el espacio que recoge el agua de las precipitaciones pluviales, la energía radiante y, de acuerdo a las características fisiográficas, geológicas y ecológicas del suelo, almacena, distribuye y transforma el agua y la energía en los más complejos y variados recursos naturales, que son los que determinan el grado de desarrollo de la cuenca.

            Todas las cuencas hidrográficas de montaña se caracterizan por presentar, en mayor o menor grado, condiciones de torrencialidad. Tales condiciones dependen en primer lugar de las características naturales intrínsecas de la cuenca receptora, pero también son consecuencias del grado y tipo de intervención que el hombre haya hecho de los recursos naturales. Las crecidas torrenciales constituyen respuestas hidrológicas generadas por cuencas de montaña ante la ocurrencia de lluvias de cierta intensidad y duración, con flujos muy rápidos y gran poder de arrastre de materiales, lo que los hace sumamente destructivos cuando exceden la capacidad de transporte de sus secciones hidráulicas.

Características naturales de la cuenca receptora:

            La torrencialidad de una cuenca es directamente proporcional a variables climáticas (C) y topográficas (R) e inversamente proporcional a variables del sustrato (S) y la vegetación (V):

                     T = f  (C, R/ S, V)

            En otras palabras, la actividad de una cuenca crece al aumentar la intensidad de precipitación (mm/tiempo) y la pendiente media de la cuenca y decrece al aumentar la resistencia del sustrato a la erosión y el tipo,  densidad y/o cobertura de la vegetación.

1.- factor climático (C): el elemento a considerar es la lluvia. La erosividad pluvial se define como la capacidad potencial de la lluvia para producir erosión en un suelo. Es función  de las siguientes características:

·         Cantidad anual de lluvia (pluviometría  X anual).
·         Nº de días de lluvia.
·         Distribución a lo largo del año.
·         Variabilidad temporal (interanual) y espacial.

      También depende de otras características específicas (meteorológicas):

- Intensidad de lluvia: es la cantidad de agua caída por unidad de superficie y por unidad de tiempo (L/m²/hora). Las lluvias intensas superan pronto el umbral de infiltración y aumenta la escorrentía. A medida que aumenta la intensidad lo hace también la velocidad con la que el agua alcanza el suelo y por tanto la fuerza del impacto.
- Tamaño de gotas de lluvia: Junto a la velocidad determinan la energía cinética del agua. Tienen un diámetro mínimo de 0.5 mm. A mayor intensidad, aumenta el tamaño de las gotas de lluvia. El diámetro máximo es de 5mm (0’5 cm), ya que por encima de ese valor se dividen en otras más pequeñas. El tamaño influye en la energía cinética de la lluvia, por lo que se define la velocidad terminal como  la velocidad constante que alcanzan las gotas conforme van cayendo. Es la velocidad que tiene la gota al impactar con el suelo (velocidad que se alcanza cuando la fuerza de la que se compensa con el aumento de la fricción del aire). Esta velocidad se alcanza a los 10 metros de caída, por lo que no todos los suelos están protegidos por estar debajo de árboles. Oscila entre 1-9 m/s.
- Cantidad de lluvia y su distribución en el tiempo. En zonas de lluvias irregulares y torrenciales, la escorrentía aumenta rápidamente debido al bajo poder de asimilación del suelo de esa cantidad de agua en poco tiempo.

            El coeficiente de escorrentía guarda una relación directa con la erosión del suelo, por lo que para reducir la erosión es importante disminuir la cantidad de agua de escorrentía, que es función directa del volumen e intensidad de las lluvias.

2.- configuración topográfica (R): el relieve es importante porque cuanto mayor es la pendiente y cuánto más larga es, mayor es la escorrentía, tanto en volumen como en velocidad y la susceptibilidad a la erosión será mayor. Además de los valores de la pendiente interesa considerar su orientación, ya que ésta crea distintos ecotopos.

            La pendiente media de una zona es: 

                                                                
                                                                  Hm
                                                    Pm =   _______ 
                                                                                 S
  donde Hm es la altura y S la superficie.                                                                                                                                 



           A medida que aumenta el valor de la pendiente y su longitud, la cantidad y la energía del agua de escorrentía son mayores incrementando la fuerza de erosión. Esto tiene gran importancia en la dinámica de vertientes (procesos de transporte del material sólido), ya que la pendiente dificulta la infiltración del agua en el suelo, incrementa la acción de la gravedad y la eficacia de los procesos de transporte, sobre todo de las aguas corrientes, tanto de la arroyada difusa como de la concentrada. Pero la mayor transcendencia de la influencia de la pendiente en la evolución de la erosión es la interferencia de los pisos superiores en los pisos inferiores. Este en el caso del deshielo de las nieves y los glaciares, o de las avalanchas.
3.- factor suelo y subsuelo (S): referido a las características estructurales y texturales del suelo, y a la naturaleza de la roca madre y su resistencia a la erosión. El factor litológico es de gran importancia puesto que influye directamente sobre el caudal líquido y el caudal sólido y por lo tanto en la velocidad de degradación de la cuenca.
                Las características intrínsecas de los suelos que se relacionan con la erosión son:
a. Espesor: un suelo delgado se erosiona fácilmente y si posee mucho espesor puede absorber el agua antes de que ésta sea agresiva.
b. La textura, la estructura y la materia orgánica del suelo son propiedades que influyen en la erosión a través de la permeabilidad. Un suelo permeable toma agua de lluvia, luego se erosiona menos.
c. Características superficiales del suelo:
            *) Rugosidad: un suelo rugoso retiene agua en superficie y se puede evaporar, y si el suelo es liso el agua circula y puede erosionar.
            *) Pedregosidad: (porcentaje de piedras sueltas que hay en superficie). Los suelos pedregosos son más permeables y menos erosionables.
            *) Encostramiento: El suelo puede formar una costra dura en la superficie que resiste bien los impactos de las gotas de lluvia, pero  reduce la permeabilidad del suelo.
d. Drenaje: capacidad de un suelo a permitir el paso de agua a su través. Hay suelos porosos y permeables que permiten el paso de agua a su través y no son tan erosionados. Hay suelos mal drenantes que retienen el agua y son suelos ácidos, generalmente de coloraciones azules y verdosas,
Todas  estas características son importantes de cara a evaluar la erosionabilidad  o erodabilidad de un suelo.

El coeficiente de escorrentía guarda una relación inversa con la capacidad de infiltración del suelo y la rugosidad de superficie.

4.- Grado y tipo de cobertura vegetal (V): es el factor más importante por el papel que desempeña en el ciclo hidrológico de la cuenca, como se verá más adelante.


El ciclo hidrológico:

       El movimiento continuo de agua entre la Tierra y la atmósfera se conoce como ciclo hidrológico
Este flujo de agua se produce por dos causas principales: la energía solar y la gravedad.

            Se produce vapor de agua por evaporación en la superficie terrestre y en las masas de agua, y por transpiración de los seres vivos. Este vapor circula por la atmósfera y precipita en forma de lluvia o nieve.
  
          Al llegar a la superficie terrestre, el agua sigue dos trayectorias. En cantidades determinadas por la intensidad de la lluvia, así como por la porosidad, permeabilidad, grosor y humedad previa del suelo, una parte del agua se vierte directamente en los ríos y arroyos, de donde pasa a los océanos y a las masas de agua continentales; el resto se infiltra en el suelo. Una parte del agua infiltrada constituye la humedad del suelo y puede evaporarse directamente o penetrar en las raíces de las plantas para ser transpirada por las hojas. La porción de agua que supera las fuerzas de cohesión y adhesión del suelo, se filtra hacia abajo y se acumula en la llamada zona de saturación para formar un depósito de agua subterránea, cuya superficie se conoce como nivel freático. En condiciones normales, el nivel freático crece de forma intermitente según se va rellenando o recargando y luego declina como consecuencia del drenaje continuo en desagües naturales como son los manantiales.





Caminos del agua de lluvia




                No toda el agua de lluvia llega a infiltrarse en el suelo, ya que una parte importante es interceptada por el dosel de la vegetación y el mantillo. Esta agua interceptada, que puede llegar a representar una buena proporción (en ocasiones más del 50%) del agua que se precipita, regresa a la atmósfera en forma de vapor de agua. El grado de intercepción (o interceptación) depende de factores biológicos como la densidad del follaje, el índice de área foliar, la forma de las copas de los árboles, y el tamaño y forma de las hojas. Asimismo, factores meteorológicos como baja intensidad de la lluvia, altas temperaturas del aire y fuertes vientos pueden incrementar enormemente la intercepción. Cuando las hojas se saturan en agua, cae al suelo o resbala por el tallo y se añade a la circulación superficial. También puede ocurrir que parte del agua que está en las hojas o tallos se evapore sin llegar al suelo. El agua que cruza el dosel o escurre por los troncos llega al suelo modificada en su composición química y en su energía. Por un lado, el agua de lluvia lava el dosel acarreando partículas de polvo y lixiviados de las hojas hacia el suelo. Además, el paso por el dosel modifica el tamaño y velocidad de las gotas de agua y por tanto su energía cinética. Esto es importante pues aunque la energía cinética de las gotas de agua es muy pequeña, es lo suficientemente fuerte como para romper los agregados del suelo, generando una costra impermeable al paso del agua. Al no infiltrarse, el agua viaja por la superficie del suelo generando escorrentía que lo erosiona. La presencia de mantillo sobre el suelo absorbe esta energía cinética de las gotas de agua, cancelando su efecto erosivo.

Infiltración: bajo condiciones naturales, el agua se infiltra normalmente a menos que la intensidad de la lluvia rebase las tasas de infiltración, lo cual ocurre durante fuertes tormentas.
            El agua que infiltra pasa al sustrato rocoso. Si éste es permeable, el agua se puede incorporar a un acuífero como “agua subterránea” o bien puede llegar a un nivel poco permeable y  quedar retenida en el sub-suelo, circulando a favor de la pendiente de la ladera. Esta se llama “flujo vadoso”. Como la porosidad del suelo es mayor cerca de la superficie, el agua sub-superficial viaja más rápidamente pendiente abajo. El agua que sigue una vía más profunda recargando los mantos acuíferos  tarda más tiempo en volver a aparecer en escena.
            No toda el agua que se infiltra viaja hacia horizontes más profundos, hasta salir del ecosistema. Una buena parte se almacena en el suelo, dependiendo de la textura y su contenido de materia orgánica. El agua almacenada en el suelo representa la fuente hídrica más importante para las plantas. Suelos arcillosos y con altos contenidos de materia orgánica almacenan más agua que los arenosos y bajos en materia orgánica. Sin embargo es importante resaltar que los suelos con texturas muy finas retienen fuertemente el agua; tanto así, que puede ser difícil para las plantas acceder a ese recurso (Brady 1974).
            El agua almacenada en el suelo es absorbida por las plantas, lo cual acarrea elementos minerales a sus tallos y hojas. El agua finalmente es expulsada por los estomas mediante el proceso de transpiración. Las pérdidas de agua por transpiración pueden representar la vía más importante de salida de agua del ecosistema.

            La cantidad de agua infiltrada (I) es función del tiempo (T): al principio crece rápidamente pero disminuye con el tiempo porque la velocidad de absorción del agua disminuye hasta que se hace constante.
 


La infiltración acumulada (cantidad de agua infiltrada en el suelo por unidad de superficie) se expresa en L/m2 = mm.
                                                                              
            La velocidad de infiltración (V) es la tasa o el ritmo al que entra el agua en el suelo, se mide en mm/h y también es función del tiempo.


            La velocidad de I es muy alta al principio pero cuando el suelo se satura se hace constante o cero. (El que sea constante no implica que sea cero)




El agua de escorrentía: El agua que no se infiltra queda en superficie y comienza a circular, concentrándose en pequeños cursos de agua, que luego se reúnen en arroyos y más tarde desembocan en los ríos. Esta agua que circula superficialmente irá a parar a lagos o al mar, donde una parte se evaporará y otra se infiltrará en el terreno. Esta es el agua de escorrentía y es la que puede producir más erosión.
            El modelo de circulación  más característico de ambientes montañosos áridos o semiáridos corresponde a lo que se denomina   “flujo hortoniano”.


            En la zona alta de la ladera   sólo hay erosión por parte de las gotas de lluvia. Al cabo de una cierta distancia todo el agua caída comienza a circular por la ladera y se da una zona de flujo laminar, donde la velocidad del agua es lenta. A mayor distancia, el agua toma fuerza y se da un flujo turbulento. A partir de aquí se excavan surcos y acanaladuras en la ladera que se van haciendo más grandes y en la parte baja de la ladera tenemos flujos concentrados en canales que arrastran sedimentos. En la parte baja de la ladera  se da la acumulación de materiales. Son zonas buenas para el cultivo porque se van renovando continuamente debido a las lluvias.

            El impacto de las gotas de lluvia no es un fenómeno restringido a la zona alta sino que afecta a toda la ladera: en las cumbres se da la mayor erosión. El efecto principal es la formación de cráteres milimétricos y las partículas salen despedidas:

 






            Si el suelo posee arcillas, el impacto puede movilizar láminas arcillosas y romperlas; de manera que las láminas circulen en la horizontal y taponan poros de las arcillas que tienen al lado, lo que reduce la infiltración. A la vez el suelo se endurece. Es un efecto negativo y aumenta mucho la escorrentía al principio. En suelo pedregoso que posee cantos grandes, más grano de arena y limo, el impacto continuado hace que las partículas finas se compacten y la superficie se va rebajando y se forman pedestales, entre ellos los huecos son debido a las gotas de lluvia.
           


            Si la superficie del suelo es plana los pedestales no evolucionan más pero si el suelo posee pendiente, las partículas se mueven ladera abajo.



            Todo este movimiento de partículas produce erosión, la que se le denomina “splash erosión “.  (“Rainplash” = gotas de lluvia que erosionan). Cuando aumenta la pendiente de 5 a 25 grados la cantidad de partículas removilizadas por la gota de lluvia se multiplica por 6 y el 95% de las partículas se mueven laderas abajo sólo por este efecto. En el resto de la ladera, las gotas de lluvia aumentan la turbulencia y la capacidad erosiva del agua en movimiento; se pasa de flujo laminar a flujo turbulento.    
           
            Una vez que el agua se concentra en las laderas, está empieza a circular a una cierta velocidad; capaz de arrastrar material sólido cada vez mayor. La fuerza de flujo es función de la gravedad y de la pendiente de la ladera.

            A lo largo de una ladera el flujo puede variar de rápido a tranquilo. En el flujo crítico las partículas se mueven pero no se transportan. En un canal se pasa de flujo lento a rápido cuando se estrecha el canal. Pasamos de un flujo rápido a lento cuando el agua llega a un lago o embalse. La capacidad de transporte de partículas en una ladera depende de sus irregularidades topográficas.
Por todo lo antedicho, se deduce que los requisitos de una cuenca de captación eficiente son:
·         buena infiltración para captar el máximo de agua de lluvia
·         bajo escurrimiento superficial para evitar la erosión y la sedimentación·         
baja tasa de evapotranspiración (evaporación conjunta del agua del suelo y transpiración por el follaje de los vegetales). Esto depende de del tipo de vegetación, las condiciones hídricas del suelo, el clima, las condiciones de las plantas y otras circunstancias como latitud, altitud, exposición) 

            Aquí es necesario tomar una decisión, si una vegetación presenta mayor transpiración y protege mejor el suelo versus una vegetación de menor transpiración y menor protección de suelo. De acuerdo a las características de la vegetación puede decirse que tanto las plantas con hojas carnosas como las plantas con mayor capacidad radicular, mayor cobertura de follaje y las plantas que llegan con su sistema radicular a una freática transpiran más. Los individuos jóvenes transpiran poco y la transpiración va en aumento hasta alcanzar la madurez para declinar nuevamente.

            Tradicionalmente, la protección de cuencas se asocia con vegetación arbórea. Pero en regiones áridas y semiáridas, donde no siempre es posible la formación de una buena masa forestal, son las gramíneas las que cumplen ese papel, y con ventajas. Los arbustos son, por lo general, poco eficientes; se ha calculado que con 500 - 600 mm de precipitación anual, los rendimientos aumentan de 50 a 100 mm cambiando arbustos por pastos.

ROL DE LA VEGETACIÓN EN EL CICLO HIDROLÓGICO Y LA EROSIÓN

La vegetación como reguladora del régimen hídrico:

-                aumenta el agua utilizable frenando el escurrimiento superficial, permitiendo la infiltración, reduciendo las pérdidas por evaporación desde el suelo y atenuando la erosión

-                devuelve una cierta cantidad de agua a la atmósfera a través de la transpiración y la evaporación.

Influencia de la vegetación sobre el régimen de precipitaciones:
            La influencia de la vegetación sobre el régimen de precipitaciones del área donde se asientan no está bien definida; en general, se considera que la ocurrencia de precipitaciones depende fundamentalmente de patrones globales de circulación climática por lo que el efecto de la vegetación sobre el régimen local de lluvias es mínimo excepto en cuencas de gran tamaño, como por ejemplo la amazónica, donde el 48 % de la precipitación que recibe proviene de la evapotranspiración de la misma cuenca.

            Primavesi (1984) afirma que cuando se elimina la cubierta vegetal las lluvias se tornan menos frecuentes pero mucho más violentas. Lo explica en razón del mayor calentamiento del suelo y del aire próximo a éste. Dado que el aire caliente tiende a ascender, cuanto mayor sea su calentamiento más violenta será su elevación. En tales condiciones, las nubes portadoras de humedad deben ser muy pesadas para poder descender y que el agua precipite, dando origen a chaparrones intensos. 

 

            Como ya se indicó, la vegetación cumple una función importante en la interceptación de las gotas de lluvia. Considerando una lluvia de 50 mm, las gotas caen a una velocidad de 32 km/h;  en un suelo desnudo esto significa una fuerza equivalente a la de dejar caer un peso de 2kg/cm² (el pisoteo de una vaca produce una fuerza de 1,7kg/ cm² y el de una oveja 0,6kg/ cm².)

 

Interceptación = precipitación a campo abierto  -  precipitación bajo cubierta vegetal

 

            Hay una relación directa entre % de cobertura y % de interceptación (a mayor cobertura mayor intercepción), pero también depende de la precipitación. En el caso de precipitaciones inferiores a 2 mm, puede suceder que toda el agua quede retenida sobre lo árboles (100% interceptación); a medida que aumenta la precipitación, disminuye el porcentaje de interceptación.

 

Ejemplo en Pinus radiata de 17 años (Australia)

Precipitación (mm)

0-6

6-13

13-19

19-25

25-38

38-76

76-127

+ 127

% Intercepción

94

70

62

56

50

41

31

15

 

Además, la interceptación aumenta en relación directa con la cobertura de copa.

 

% cobertura aérea

50

60

70

80

90

100

% Intercepción

7

10

14

23

34

50

 

y también varía de acuerdo a la densidad (ind./ha) Ej.: Experiencia en USA. Bosque de Pinus radiata de 25 años:

 

Nº individuos./ha

6530

3790

2180

1310

% Intercepción

40

31

21

11

 

Influencia de la vegetación sobre la infiltración:

            La vegetación favorece la infiltración al frenar el escurrimiento superficial, proporcionando así una oportunidad adicional de percolación. Se debe considerar especialmente el sistema radicular, que constituye el mejor aglomerante del suelo y, además, las raíces construyen canales que facilitan la penetración profunda del agua. Por su parte el mantillo aumenta la capacidad de retención del agua y el humus mantiene una estructura gruesa que actúa a modo de esponja, absorbiendo el agua y liberándola lentamente. Esta devolución lenta impide que se produzcan avenidas torrenciales de agua.

            En ausencia de vegetación o con vegetación rala, disminuye la cantidad tanto de mantillo como de humus y también la actividad de la biota edáfica. El suelo se hace más compacto, menos permeable y pueden crearse condiciones asfixiantes para las raíces en el momento de las lluvias y condiciones de aridez en época de sequía. Se favorece también la pérdida de elementos finos del suelo, quedando un esqueleto grueso.

Influencia de la vegetación sobre el escurrimiento superficial:

            Los factores que afectan el escurrimiento son textura, contenido de humedad del suelo, drenaje y composición de la cobertura vegetal.

 

            Sin vegetación, el escurrimiento de un suelo arcilloso puede ser del 100%, en arcillo-arenoso del 25 al 30% y en un suelo arenoso del 10 al 15%. Con una buena cobertura vegetal, la escorrentía decrece notoriamente.


             Una cobertura del 100% de efectividad se obtiene sólo con hierbas o cultivos forrajeros. Con cereales la cobertura puede ser uniforme pero no densa.

Pequeños cambios en los valores de cobertura originan grandes cambios erosivos, por ej.:

 

Cereal (maíz)                               Parcela A                                  Parcela B

Nº de plantas                                 25000/ha                                  37000/ha

Producción                                           5 Tn/ha                                     5 Tn/ha

Cobertura de suelo                            60 %                                          90%

Suelo desnudo                                  40%                                           10%

Escorrentía                                      250 mm                                     20 mm

Pérdida de suelo                             12,3 Tn/ha                                 0,7 Tn/ha

 

La cobertura se incrementó en 50%, pero la erosión es proporcional al suelo desnudo y éste se redujo a una cuarta parte. Según el promedio de 10 años, la parcela B perdía exactamente una cuarta parte del suelo que se erosionaba en la parcela A.

 

            En síntesis: la erosión es función de la erosividad (capacidad potencial de un agente de causar erosión) y la erodabilidad (vulnerabilidad o susceptibilidad a la erosión). De todos los factores de regulación de la torrencialidad de una cuenca que se vieron antes (pág. 8 y siguientes), el que más fácil y económicamente puede controlarse es la vegetación. También es posible modificar la topografía, pero a mucho mayor costo.

 

MANEJO DE CUENCAS

El termino "Manejo de Cuencas", puede definirse como:
-                una actividad coordinada de carácter permanente, vinculada al manejo de los recursos naturales agua, suelo y cubierta vegetal, con el fin de recuperarlos, protegerlos y en general conservarlos, considerando su efecto en el agua captada por la cuenca vertiente.
-                La gestión que el hombre realiza en forma integral  para aprovechar y proteger los recursos naturales, con el fin de obtener una producción óptima y sostenible
-                Es la aplicación de métodos de trabajo y principios técnicos para el manipuleo de todos los recursos naturales en una cuenca para asegurar la máxima disponibilidad de agua potable, el caudal deseado, la prevención y control de la erosión, y la reducción de inundaciones y descarga de sedimentos.

El objetivo del manejo de cuencas es “obtener y retener la mayor cantidad de agua, por el tiempo más largo posible, además de mantener la estabilidad del suelo y el perfil longitudinal de la cuenca”.
            Queda claramente establecido que existe una relación directa del agua con la cuenca hidrográfica, que permite evaluar los resultados de determinadas acciones sobre los restantes recursos naturales renovables por medio de su repercusión en la descarga del agua.
            El manejo de cuencas integra varias disciplinas: geología, ecología, climatología, economía, manejo de tierras forestales y de cultivos, etc.
            De acuerdo al grado de deterioro o degradación de la cuenca el objetivo del manejo puede ser de 3 tipos:
1.- Rehabilitación
2.- Protección
3.- Mejoramiento del régimen hídrico

1.- Rehabilitación: consiste en aplicar procedimientos destinados a reparar las cuencas degradadas por prácticas nocivas accidentales o intencionales como incendios repetidos, tala indiscriminada, sobrepastoreo, empleo de malas prácticas que dieron como resultado grandes extensiones deterioradas, y como consecuencia:
-                aumento en la frecuencia y gravedad de las inundaciones
-                pérdida de la capacidad productiva de los suelos
En el programa de rehabilitación se deben tomar medidas para eliminar o frenar las causas del daño, como por ejemplo si la causa del deterioro son los repetidos incendios en las cumbres altas se deberá implementar un programa adecuado de prevención y lucha; si la causa es el sobrepastoreo, habrá que reducir y regular cuidadosamente hasta que la zona pueda nuevamente soportar una carga mayor. Esto trae aparejado la eliminación de la cubierta vegetal, la etapa siguiente es restablecer la vegetación protectora mediante siembra de gramíneas o plantación de árboles, lo que va acompañado de obra de ingeniería como empalizadas, diques de contención, aterrazados, obras de dispersión de agua, etc.

2.- Protección: consiste en realizar prácticas destinadas a mantener las buenas condiciones que ya existen en la cuenca, sin dejar de aprovechar las pasturas, la caza, la pesca, las especies forestales, etc.
La protección es muy necesaria  porque mantiene la capacidad productiva, impide que se desarrollen procesos destructivos y es menos costosa que la rehabilitación.
Para que se logre la protección es necesario que todos los aprovechamientos de la tierra se planifiquen y ejecuten garantizando la mínima perturbación del suelo.
La protección de los recursos naturales en nuestra cuenca hidrográfica es esencial para mantener la salud y el bienestar de todos los seres vivos, tanto en el presente como en el futuro.
3.- Mejoramiento del Régimen hidrológico: consiste en las prácticas destinadas a aumentar el caudal de agua o evitar las inundaciones dañinas. Muy rara vez o nunca se realiza este tipo de manejo.
            Cuando una cuenca comienza a manifestar una actividad torrencial, difícilmente volverá atrás por sí sola; lo previsible es que se acelere el proceso de degradación y aumente la torrencialidad haciendo cada vez más difícil y costosa la corrección.
            La restauración de la vegetación en la cuenca debe ser complementada con una serie de obra de ingeniería, las que pueden ser temporarias o permanentes.

            Kozarik marca las diferencias entre las medidas de vegetación y las estructurales.

Medidas de Vegetación                                              Medidas Estructurales
Menos costosas pueden proporcionar subproductos (madera, combustible, alimento, fibra, pastura, etc) además de cumplir con el rol de conservación
Costosas y no brindan subproductos
La eficiencia puede variar con la estación y grado de humedad
Efectividad positiva y muy pocas veces afectados por las variaciones estacionales
El grado de control es difícil de calcular debido a los numerosos factores
Proporcionan un grado preciso de control o efectividad
Requieren de un lapso de tiempo antes de que el control máximo sea eficiente
E consigue un control máximo no bien están completadas
Pueden ser instaladas en una gran variedad de lugares
Solamente pueden ser instaladas donde la topografía ofrece lugares apropiados
Se requiere de un plan de manejo
El mantenimiento puede ser oneroso

            Al combinar las medidas, las obras pueden ser consideradas medidas temporarias hasta que la vegetación pueda desarrollarse y alcanzar la máxima eficiencia.

            Si la vegetación natural no se regenera se acude a la silvicultura, que es una operación cara pero tiene sus ventajas. Cara porque debe realizarse la preparación de los lugares donde se va a plantar, variando desde terrazas hasta trabajos de contención de postes y piedras. Las terrazas se realizan cortando la pendiente y de acuerdo al ancho pueden ser cultivable o no, pueden ser de absorción o desagüe. En las ventajas se pueden mencionar la existencia de especies de rápido crecimiento, de buen sistema radicular y para mejorar la fertilidad del terreno. Se pueden plantar en los fondos de barrancos, en los taludes de los márgenes, siempre dependiendo del tipo de suelo, de la pendiente y de la extensión de la zona afectada.

CASOS
Según Saravia Toledo, los diques en las cuencas de los ríos del NOA presentan una característica común y es la rapidez con que pierden su capacidad receptiva a consecuencia del elevado arrastre de sedimentos en corto tiempo.
El dique de Itiyuro ubicado en el Norte de Salta, con una capacidad de 84 hm3 quedó rellenado de sedimentos en 15 años, convirtiéndose el embalse en un pantano. Este embalse proporcionaba agua potable a las localidades de Tartagal y Pocitos, las que tienen serios problemas de abastecimiento de agua luego de la sedimentación del embalse.
El dique Cabra Corral (Salta) se ve reducido en la generación de energía eléctrica; en 1973 la capacidad potencial de generar energía era de 404 Gwh  pero se redujo a 365 Gwh en 1991, lapso en el cual la capacidad de almacenamiento disminuyó de 3047 hm3 a 2766 hm3.
El dique Las Pirquitas  (Catamarca) con una capacidad de 64 hm3 en sus inicios se redujo un 40% por sedimentación a causa de la erosión de la cuenca del Río Los Puestos, lo que finalmente se traduce en reducción de la capacidad de riego en las áreas bajas de cultivo. La erosión es consecuencia del sobrepastoreo o pastoreo continuo sin control de la carga y sin permitir descansar a las forrajeras. La cuenca presenta procesos de carcavamiento en cumbres, laderas, piedemontes y valles.

Causas de alteración del régimen hidrológico en cuencas hidrográficas:

La alteración de las cuencas puede deberse a las siguientes causas:
·         incendios repetidos
·         tala indiscriminada
·         sobrepastoreo
·         pastoreo continuo sin control de la carga
·         empleo de malas prácticas agrícolas (maquinaria indebida, cultivos en pendiente)

Los efectos (Saravia Toledo) se pueden enumerar:
En la vegetación:
·         Pérdida de biodiversidad y reducción de la producción
·         Cambios estructurales en la vegetación (pastizales herbáceos a cespitosos)
·         Formación de pié de ganado, carcavamiento y pérdida de suelos
·         Incremento de las especies leñosas con frutos palatables, transformándose en invasoras
En el suelo:
·         aumento de la erosividad de la lluvia incrementando el escurrimiento
·         compactación del suelo, reduciendo la infiltración por disminución de los poros
·         Pérdida de fertilidad y materia orgánica por transporte de las deyecciones del ganado hacia los ríos

EN SÍNTESIS:

            El deterioro producido por la alteración de la cubierta vegetal afecta el equilibrio hidrológico, incrementando el escurrimiento, generando graves problemas de erosión y aumento del arrastre de sedimentos hacia los ríos, lo cual reduce sensiblemente la vida de los embalses de la región. Afecta la economía del habitante de la región, disminuye la productividad general el sistema, empobrece a los pobladores y acentúa la migración hacia los centros urbanos.

Lectura complementaria:

ALGUNAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS.

El agua subterránea es parte del ciclo hidrológico y constituye el 97 % del agua dulce disponible en la naturaleza. Se trata de agua que se infiltra al suelo por las llamadas áreas de recarga, y transita durante años atravesando el subsuelo; durante ese tránsito el agua se purifica por  procesos físicos, químicos y biológicos naturales.

El agua infiltrada debe primero saturar la reserva de agua del suelo que es retenida por capilaridad y luego el remanente se adiciona al régimen de aguas subterráneas.

Las aguas subterráneas se hallan en formaciones geológicas permeables (acuíferos), cuya estructura permite la circulación del agua a su través. El movimiento del agua se realiza entre los poros existentes en un suelo o bien a través de fisuras de una roca consolidada.

Las formaciones acuíferas presentan una estratificación vertical en “zona de aireación” (o no saturada) y “zona saturada”.

En la zona de aireación los poros están ocupados parcialmente por agua y parcialmente por aire. Aquí predomina el movimiento vertical del agua, por acción gravitatoria. En la zona saturada, los poros se hallan ocupados únicamente por agua a presión hidrostática y la circulación es predominantemente horizontal. En ambos casos, el manto se mueve en la misma dirección que las aguas superficiales, pues el nivel hidrostático sigue las pendientes del relieve. Sin embargo, la velocidad es menor, porque debe atravesar los poros de las rocas. Se calcula que el agua subterránea avanza solo unos centenares de metros cada año (unos pocos cm a m por día).
El movimiento también disminuye con la profundidad, porque son menores las diferencias de nivel y porque la presión que soportan las rocas profundas disminuye su porosidad.
Son permeables la arena, arenisca y grava, y las rocas calizas, que tienen numerosas fisuras. El agua infiltrada deja de descender cuando se encuentra con una capa de rocas impermeables, que permite su acumulación en la denominada capa freática o manto acuífero. La superficie de este manto constituye el nivel hidrostático.

En muchos lugares, este nivel se encuentra cercano a la superficie, lo que permite la extracción del agua por medio de la perforación de pozos, que son de gran utilidad en las zonas a las cuales no llega el agua potable. En otros casos, se da que el nivel hidrostático está a gran profundidad, lo que varía de acuerdo a las precipitaciones. Si estas son abundantes, se eleva por algún tiempo; si hay sequía, desciende. La mayor profundidad a la que se ha encontrado agua subterránea es tres kilómetros. Más profundo es difícil, ya que por la gran presión las capas inferiores de la litosfera carecen de poros a través de los cuales pueda infiltrarse el agua.

La zona en la cual las rocas se saturan o secan según asciende o desciende el nivel hidrostático se denomina zona de saturación intermitente. En tanto que la zona de saturación permanente es aquella más profunda, por debajo de la cual nunca desciende el nivel del manto acuífero. La profundidad de esta zona es muy importante para la agricultura, ya que si es muy superficial, las tierras estarán cubiertas de lagos y pantanos o estará muy saturada para ser cultivada. Por el contrario, si la zona de saturación es muy profunda, el regadío es imprescindible

La recarga de un acuífero se realiza por infiltración de aguas de lluvia, aguas superficiales o bien por aporte lateral de algún otro acuífero. La descarga puede producirse por manantiales, aportes directos al mar, a aguas corrientes superficiales, a otros acuíferos, etc.
La circulación de las aguas subterráneas se realiza desde áreas de mayor potencial hidráulico a áreas de potencial hidráulico más bajo. El movimiento del agua subterránea también se ve afectado por el contorno de la superficie de la tierra (topografía), al que tiende a seguir, a menos que se encuentre alguna barrera; por ejemplo las capas de roca permeables. Además, se debe tener en cuenta que el agua subterránea siempre se moverá hacia la parte baja de una montaña.
Los acuíferos pueden ser:
- libres o freáticos: Están próximos a la superficie y no están totalmente saturados. En ellos el agua se presenta a presión atmosférica. Son permeables y se apoyan en general sobre una formación impermeable de tipo arcilloso.
- confinados o artesianos: Son más profundos y completamente saturados de agua, la cual se encuentra a una presión superior a la atmosférica por lo que al ser perforados, los niveles suben Para seguir su curso a través de las capas del suelo o rocas calizas que no dejan fluir libremente el agua, ésta suele formar grutas o bien salir al exterior en forma de manantial o de géiser, pudiendo algunas veces ser surgente o semi-surgente.

La extracción de agua de un pozo crea una depresión local del potencial hidráulico, por lo cual se modifica la dirección del flujo del agua, circulando ésta hacia el pozo en toda el área de influencia del bombeo.

PRINCIPALES FORMACIONES GEOLOGICAS ACUIFERAS.

Los tres tipos característicos son:

1) Depósitos no consolidados, ligados a los aluviales de los ríos. Estos presentan la forma de una franja alargada longitudinalmente en relación al río y su espesor alcanza hasta algunas decenas de metros. De alta permeabilidad y porosidad, tienen una zona de aireación poco importante.
2) Grandes cuencas sedimentarias, formadas por materiales detríticos poco consolidados. Suelen ser acuíferos de carácter regional, de cientos de km² de extensión y con un espesor de varios centenares de metros. La zona de aireación puede alcanzar decenas de m. En general, presentan alta porosidad y baja permeabilidad. Litológicamente, se trata de niveles arenosos discontinuos, permeables, distribuidos irregularmente en una masa arcillo-limosa de carácter semipermeable.
3) Acuíferos calizos. En las mesetas y llanuras formadas por piedras calizas, las aguas subterráneas, que son ácidas por el gran número de minerales que contienen, van disolviendo las rocas y formando cavernas por las que corren en forma de ríos o se depositan formando lagos. En la superficie de las regiones calizas hay pocos ríos, ya que debido a su permeabilidad la circulación del agua es casi completamente subterránea.

CONTAMINACION DEL AGUA SUBTERRANEA.

Tanto las aguas superficiales como subterráneas contienen siempre algunas sales disueltas, por el contacto del agua con diversos materiales orgánicos e inorgánicos del suelo y subsuelo. Los procesos naturales de mineralización son muy importantes en zonas áridas.

La conductividad hidráulica del suelo en la zona de aireación y el gradiente hidráulico entre la superficie del terreno y la superficie piezométrica, determinan el movimiento del agua. Si la conductividad hidráulica es bastante alta, puede producirse una fuerte evaporación y un movimiento ascendente de sales, acumulándose éstas en la superficie.

Las condiciones en los límites (bordes) de la zona no saturada influyen en la cantidad de humedad disponible para percolación y/o evapotranspiración. en áreas húmedas, el sentido del agua es principalmente descendente, pero en regiones áridas, será ascendente en períodos de fuerte evapotranspiración y descendente cuando haya aportes de agua.

El grado de permeabilidad de los terrenos está en relación directa con la posibilidad de propagación de contaminantes.

La zona de aireación posee un potencial de degradación de la materia orgánica por su carácter oxidante. Un acuífero será más vulnerable a la contaminación cuanto menor sea el espesor de su zona de aireación.

Los acuíferos por porosidad tienen un carácter de filtro que no poseen los acuíferos por fisuración y en éstas el contaminante tiene un avance generalmente más rápido, ya que aquí el flujo es normalmente turbulento. En los acuíferos porosos el flujo es generalmente laminar y, por ello, la polución se propaga por las zonas superficiales, penetrando escasas veces en zonas profundas.

Aguas subterráneas y superficiales forman un sistema inter-relacionado, conectado hidráulicamente, repercutiendo las acciones sobre unas en las otras y viceversa.

BIBLIOGRAFÍA

Kozarik, Juan. El Recurso Forestal y el Manejo de las zonas de Captación. 1977
Maass, Manuel, 2002 . Manejo de Ecosistemas.  Centro de Investigaciones en Ecosistemas, UNAM, Campus Morelia, A.P. 27-3 Morelia, Michoacán, México.
Primavesi, Ana. 1984. Manejo Ecológico del suelo.  El Ateneo, Bs. As.
Rivera Peña, Nimia. Introducción al Manejo de Cuencas Hidrográficas y su importancia. Instituto Nacional de Ecología. ine.gob.mx /dgoece /cuencas /conceptos.html
Saravia Toledo, Carlos Javier. Impacto de la Ganadería en las Cuencas Hidrográficas del Noroeste Argentino.

www.miliarium.com/Monografias/PHN/Ciclo_hidrologico.asp

www.watershedwatch.net/important_Spanish.htm